jueves, 24 de junio de 2010

PROHIBIMOS EL BURKA ?

No es que esté muy de acuerdo con la premisa de regular la vida, pública o no, a base de prohibiciones, pero entiendo que hay cosas que no se pueden permitir.

En el caso del burka y del velo integral que tapa la cara y hasta las manos, escudarse en la disculpa de la voluntad de las mujeres para salir a la calle cubiertas de la cabeza a los pies, ocultando la cara e incluso las manos, no es sino una perversión de la libertad. Estas mujeres, sumisas y obedientes, someten su voluntad a una dictadura moral y su libertad es equiparable a la de los rehenes liberados, victimas del sindrome de Estocolmo, que defienden a ultranza a sus captores. 

Sin embargo, el debate que para mi suscita esta cuestión es mucho más profundo y mucho más importante. Se nos llena la boca de la palabra integración, pero nos queda definir si esta integración supone a su vez una homologación de usos y costumbres, o dónde ponemos la línea que determina si alguién está o no integrado o meramente compartimos el espacio común.